martes, 17 de abril de 2012

Francis Bacon, Museo del Prado, 2009


Francis Bacon (1909-1992), Museo del Prado, Madrid


Fechas
Del 3 de febrero al 19 de abril de 2009.



¡Buenas! Otro día más aquí me tenéis con vosotros esta vez para presentaros una exposición sorprendente, de las que por sus características y cronología no pasan mucho por el Prado. Aquí tenéis la fichas más completa de la exposición que durante el año 2009 recogió gran parte de las obras (nada más y nada menos que 78) de Francis Bacon. Sin duda alguna una exposición para vivir y disfrutar.



Sinopsis: El conjunto de 78 obras entre pinturas de Francis Bacon y objetos de su archivo que se exponen aquí, se agrupan siguiendo un orden, en parte cronológico, en varios apartados temáticos, que siguen conceptos derivados de los asuntos que trató en distintas etapas de su vida: Animal, Zona, Aprensión, Crucifixión, Crisis, Archivo, Retrato, Memorial, Épico y Final.


Siguiendo cada una de estas grandes divisiones el visitante se puede adentrar en el mundo particular de las obsesiones del artista. La contemplación de la pintura de Bacon exige la concentración máxima, el alejamiento de los prejuicios, el abrir los ojos y la mente a la belleza de su técnica y a su descarnada y veraz aproximación al ser humano, que le ha hecho un creador universal


VidaAunque nació en Dublín y toda su niñez transcurrió en Irlanda, se le suele considerar un pintor inglés debido a sus raíces familiares inglesas y a que desarrolló buena parte de su producción en Londres. La infancia de Francis Bacon no fue fácil. Padecía de asma crónica y tuvo una formación escolar irregular porque la enfermedad le impedía acudir al colegio; cuando sufría ataques asmáticos fuertes le administraban morfina. Fue expulsado de casa por su padre cuando tenía 16 años, al manifestar sus inclinaciones homosexuales



A partir de 1927 vive entre París y Berlín, donde comienza a trabajar como decorador de interiores y es en esta etapa cuando empieza a pintar, no alcanzando el éxito con sus primeros cuadros. Los cuadros de Bacon tienen influencia de Munch en los trazos y de las tonalidades de Van Gogh; también se percibe la influencia de Goya ya que plasmó la angustia en sus cuadros. Los retratos y autorretratos son una gran parte de las pinturas. En otros cuadros como Cabeza rodeada de carne de vaca (Head Surrounded by Sides of Beef, 1954), del Instituto de Arte de Chicago, y en la serie Perros que gruñen (Dogs), Bacon refleja el belicismo, la capacidad del ser humano por ser violento y la inclinación de la naturaleza humana por la violencia.
A lo largo de toda su carrera Bacon recurrió al informalismo, al expresionismo y al surrealismo, pero sus cuadros pertenecen al racionalismo. Sin embargo, para algunos autores la obra de Francis Bacon no pertenece a tal corriente. Se trata de una pintura de corte expresionista pero muy difícil de clasificar, porque nunca perteneció a ningún movimiento artístico. Simplemente prosiguió lo que él consideró (en las entrevistas que le hizo David Sylvester a lo largo de los años sesenta) una línea pictórica postpicasiana, siguiendo la vía abierta que Picasso dejó con la figuración y la representación obsesiva del cuerpo humano. 


El arte de Francis Bacon ha experimentado un extraordinario repunte de precios en el mercado de las subastas. Apreciado sólo por unos pocos conocedores y coleccionistas hasta que alcanzó una edad madura, Bacon vio cómo sus precios ascendían a principios de los años 90, pero no vivió lo suficiente para presenciar este fenómeno en todo su actual alcance.  Según las malas lenguas, varios de sus compañeros sexuales se aprovechaban de él económicamente, y también su galería habitual, Marlborough Fine Art, fue acusada de exprimirle por mero lucro, dosificando la llegada de sus obras al mercado para contener (o elevar) sus precios. Bacon suscribió en 1954 un contrato de exclusividad con Marlborough, que se mantuvo hasta su fallecimiento. Este acuerdo incluía no sólo la venta de sus obras, sino también los derechos de reproducción fotográfica de las mismas.



Crítica personal: A diferencia de otras exposiciones que he tenido el gusto de visitar en el museo del Prado, la de Francis Bacon fue más promovida por la curiosidad que por el conocimiento previo. Era uno de esos autores de los que no sabía demasiado y apenas había visto obras en el Tate de Londres u algún otro museo internacional.


Sin embargo he de reconocer que me impactó muchísimo. El ver toda su retrospectiva desde las primera épocas a las últimas sin duda me hizo comprender mejor y en profundidad la trayectoria del artista y el 'por qué' de sus obras. Es una exposición que te genera una serie de sentimientos en el transcurso de las distintas etapas de su vida. Francis es un artista que sabe como transmitir los sentimientos de violencia y desasosiego como nadie, estamos ante una pintura que a nadie deja indiferente. Sin duda cuando ves las etapas de la vida del artista comprendes que parte de esa vida desordenada y traumática es la que le hace transmitir estos conceptos con semejante sinceridad, pues de hecho el sabía de primera mano lo que ello significaba.


La exposición me sorprendió por tratarse de un artista que apenas había fallecido hace unos pocos años (1992 en Madrid) de las cuales no se pueden ver demasiadas en el Prado. Pero creo que hay que estar de acuerdo en que esta vez la ocasión lo merecía. El resumen podría ser: inolvidable y única muestra de un genio del cual no tenemos demasiada representación en España (a pesar de que si que vivió y murió aquí).  


Selección: Es difícil elegir pero aquí os dejo mis obras favoritas:
Tres estudios de figuras al pie de una crucifixión, Francis Bacon 1944
Cabeza VI, Francis Bacon, 1949
Estudio del Papa Inocencio X de Velazquez, 1953
Tres estudios para una crucifixión, Francis Bacon, 1962

Retrato de Isabel Rawsthrone de pie en una calle de Soho, Francis Bacon, 1967
Tríptico, Francis Bacon, 1972
Retrato de John Edwards, Francis Bacon, 1988

Tríptico, Francis Bacon, 1991

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